Flama Espirita – Any XXV - Nº. 118 – Oct. / Des. 2005
Esta
fecha, que para la mayoría pasa inadvertida, para los que nos consideramos
espiritistas, estamos convencidos de que marca un hito en la historia de la
Humanidad.
Hace 201
años, un 3 de octubre de 1804, nace en la ciudad francesa de Lyon, en el seno
de una familia culta, Hippolyte Léon Dénizard Rivail. Después de sus primeros
estudios, sus progenitores le enviaron a Iverdon (Suiza). En el reconocido, y
uno de los más respetados, centro de enseñanza de toda Europa, por donde
pasaron famosos intelectuales de aquella época, el Instituto del célebre
pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi (Zurich, 12/01/1746 – Brugg,
17/02/1827) -también llamado el padre de la pedagogía moderna-, completó su
educación.
Después
de haber contribuido a ampliar el horizonte cultural de entonces a través de
varios libros y tratados educativos que él escribió, a la edad de 51 años su
vida dio un giro de 90 grados. Fue cuando asistió a su primera reunión
mediúmnica donde las mesas se movían, pudiendo observar también algún ensayo de
escritura mediúmnica obtenida a través de la cestita.
A partir
de ese momento, a través de sus observaciones y estudios, Denizard Rivail empezó
a establecer las bases de lo que después vendría a ser la colocación de la
piedra fundamental de todo el cuerpo doctrinal que él decidió denominar
“Espiritismo”, al publicar en 1857, a sus 53 años de edad, bajo el pseudónimo
de Allan Kardec, “El Libro de los Espíritus”; siguiéndole posteriormente
las demás obras de la Codificación.
Tanto
Allan Kardec como los Espíritus colaboraron en la elaboración de tan magna
obra, dando una nueva interpretación de esos ancestrales conceptos que
conforman los fundamentos básicos del Espiritismo. Y si bien es verdad,
que ese
grupo de Espíritus,
mediante sus opiniones y respuestas, brindaron a Allan Kardec los conocimientos
que poseían, no es menos cierto que Kardec, gran razonador, con su talante escéptico
y agudo sentido común, supo conformar un cuerpo de doctrina, dotado de una
total coherencia.
Él formuló las
preguntas; él analizó las respuestas que continuamente recibía de los espíritus
colaboradores a través de las comunicaciones mediúmnicas de diversos grupos con
los que trabajó; él eligió y publicó las respuestas y opiniones que le
parecieron más lógicas y correctas; él añadió excelentes notas que dieron el
sentido aclaratorio adecuado. En fin, él no fue un colaborador pasivo, a las
órdenes de los seres desencarnados, pues en más de una ocasión, les cuestionó,
y discrepó de ellos, ya que para él los espíritus no eran, -no son-,
infalibles, como muy bien matizó:
“Uno de los
primeros resultados de mis observaciones, fue el darme cuenta de que los
Espíritus, no siendo otros que las almas de los hombres, no poseen ni la
soberana sabiduría ni la soberana prudencia; que su saber era proporcionado a
su progreso, y que su opinión no tenía más valor que el de una opinión
personal. Esta verdad, reconocida desde el principio, me preservó del grave
escollo de creer en su infalibilidad y de formular prematuras teorías sobre la
palabra de uno solo o de varios de ellos. (“Obras
Póstumas” - Segunda Parte – Mi primera iniciación en el Espiritismo).
Y de ese gran
trabajo conjunto nació esta filosofía de vida, llamada Espiritismo; la cual nos
da las herramientas necesarias para saber adquirir decisión propia e intentar
ser libres; libres de una forma consciente y respetuosa con todos, y con todo;
de acuerdo con lo que nos enseñan sus postulados. ❐
REFLEXIONES
Dejémonos llevar por el
sentimiento y la sensibilidad que emergen de estos bellos párrafos, repletos de
poesía, de la pluma de este insigne espiritista llamado Léon Denis.
Presentación: Odalis Carmenaty
El amor
EL AMOR, tal como se entiende
comúnmente en la Tierra, es un sentimiento, un impulso del ser, que le lleva
hacia otro ser, con el deseo de unirse a él. Mas, en realidad, el amor reviste
formas infinitas, desde las más vulgares hasta las más sublimes. Principio de
la vida universal, procura al alma, en sus manifestaciones más altas y más
puras, esta intensidad de radiación que calienta y vivifica todo lo que le
rodea; es por él como el alma se siente ligada estrechamente a la Potencia
divina, foco ardiente de toda vida, de todo amor.
(...)
El amor es una fuerza
inextinguible; se renueva sin cesar y enriquece a la vez al que la da y al que
la recibe. Por el amor, sol de las almas, es como Dios obra más eficazmente, en
este mundo; por medio de él atrae a sí a todos los pobres seres retardados en
los bajos fondos de la pasión, los espíritus cautivos en la materia; los eleva
y los entrena en la espiral de la ascensión infinita hacia los esplendores de
la luz y la libertad.
El amor conyugal, el amor
materno, el amor filial o fraternal, el amor del país, de la raza, de la
humanidad, son reflejos, rayos débiles del amor divino, que abarca, penetra
todos los seres y, al difundirse entre ellos, hace desarrollar y florecer mil
formas variadas, mil espléndidas floraciones de amor.
(…)
De etapas en etapas, bajo la
influencia y la radiación del amor, el alma se desenvolverá, crecerá, verá
ampliarse el círculo de sus sensaciones. Lentamente, lo que en ella era solo
pasión, deseo carnal, se depurará, transformándose en un sentimiento noble y
desinteresado. El apego a uno solo o a
algunos, se trocará en la atracción a todos, a la familia, a la
patria, a la
humanidad. Y el alma, adquirirá
la plenitud de su desarrollo, cuando será apta para comprender y participará de
la vida celeste, que es todo amor. El amor es más fuerte que el odio, más
fuerte que la muerte. (…)
(…)
Jesús ha pasado poco tiempo
sobre la Tierra; tres años de evangelización le bastaron para adueñarse del
espíritu de las naciones. No fue ni por la ciencia, ni por el arte oratorio como
redujo y cautivó las muchedumbres, ¡fue por el amor! Y, después de su muerte,
su amor ha permanecido en el mundo como un foco siempre viviente, siempre
llameante. (…)
(…) Un día, cuando la verdadera
noción del ser se desprenda de las dudas y de las incertidumbres que obsesan la
mente humana, se comprenderá esta gran fraternidad que enlaza las almas. Se
sentirá que todas están envueltas por el magnetismo divino, por el gran soplo
de amor que llena los espacios.
Aparte de este lazo potente,
las almas constituyen también agrupaciones separadas, familias que se han
formado poco a poco, a través de los siglos. (…) La verdadera familia es la del
espacio; la de la Tierra no es más que una imagen. (…) La verdadera familia se
compone de espíritus que han escalado conjuntamente los rudos senderos del
destino, llegando con ello a comprenderse y a amarse.
(…)
TODA la potencia del alma se
resume en tres palabras: querer, saber, amar.
Querer,
es decir, hacer converger toda su actividad, toda su energía hacia la finalidad
deseada; desarrollar su voluntad y aprender a dirigirla.
Saber,
porque sin el profundo estudio, sin el conocimiento de las cosas, de las leyes,
el pensamiento y la voluntad pueden extraviarse en medio de las fuerzas que
ellas buscan conquistar, y de elementos que aspiran a dirigirla.
Mas, por encima de todo, es
preciso amar; pues, sin el amor, la voluntad y la ciencia serían
incompletas y, a menudo, estériles. El amor las ilumina, las fecunda,
centuplica sus recursos. No se trata aquí del amor que contempla sin obrar, más
sí del que se emplea en extender el bien y la verdad en el mundo. (…) El deber
de toda alma viril es de tomar parte en el combate, de aportar a él todos sus
entusiasmos, todos sus medios de acción, el luchar por los otros, por todos los
que se agitan aún en la oscura vida. El más noble uso que puede hacerse de
estas facultades es el de trabajar para engrandecer, desarrollar en el sentido
del bien y de lo bello esta civilización, esta sociedad humana, que tiene sus
llagas y sus inmundicias, pero que también es rica de esperanzas y de
magníficas promesas. (…)
Amemos, pues, con toda la
potencia de nuestro corazón; amemos hasta el sacrificio. (…) El sacrificio
tiene también sus goces; realizado con amor, transforma los llantos en sonrisas,
hace nacer en nosotros júbilos y alegrías desconocidos del egoísta y del
malvado.
Para el que sabe amar, las
cosas más banales alcanzan interés; todo parece iluminarse; mil nuevas
sensaciones se despiertan en él. El amor afina las inteligencias, ensancha el
corazón y es en la suma de amor acumulado en nosotros, como llegamos a medir el
camino que hemos andado hacia Dios.
(…) ¡Aprende a amar! El amor es
la cumbre de todo, el objeto de todo, la finalidad de todo. (…) El amor salvará
al mundo, su calor fundirá el hielo de la duda, del egoísmo, del odio;
enternecerá los más duros corazones, los más refractarios. (…) Abrid vuestro
ser interior, abrid las ventanas de la cárcel del alma a los efluvios de la
vida universal y, de pronto, esta cárcel se llenará de claridades, de melodías;
todo un mundo de luz penetrará en vosotros. (…)
León Denis: “El Problema
del Ser y del Destino”
(Tercera Parte. Cap. XXV)
¿Quién tiene miedo de la
muerte?
Marcelo Henrique Pereira
Maestro en Ciencia Jurídica y profesor universitario
Traducción: Pura Argelich
El Día de los muertos… ¿De los muertos?
¡No! De los Espíritus, vivos, tan
vivos como nosotros, que se despojaron del cuerpo, adentrándose en otra
dimensión, la espiritual.
De esta forma, la Doctrina
Espiritista transforma completamente la perspectiva ante el porvenir. La vida
futura deja de ser una mera hipótesis para transformarse en realidad, palpable,
viva. El estado de las almas después de la muerte ya no es un simple sistema
teórico, sino el resultado de la observación de que la vida continúa y que
continuamos siendo exactamente aquello que éramos, cuando estábamos encarnados.
La experimentación científica, a
su vez, fundada en los fenómenos espiritistas, se repite en cada reunión
mediúmnica, en la que los ex muertos manifiestan sus consideraciones,
comprobando su condición de inmortalidad. Ellos ven, sienten, viven… De acuerdo
con el modo de encarar la vida -mientras estaban en la Tierra; sus gustos y
creencias- así será su despertar en la Espiritualidad. De ahí, la gran
dificultad de algunos espíritus en aceptar la realidad, al encontrar un estado
de cosas completamente diferentes de aquel escenario descrito por la mayoría de
las religiones y filosofías morales de todos los tiempos.
De esta forma, se levanta el velo:
el mundo espiritual -según la idea espiritista- se nos aparece
en la plenitud de su realidad. No fueron los hombres de la
ciencia materialista los que lo descubrieran; tampoco, escritores se imaginaran
su constitución, en libros de ciencia ficción; fueron los propios habitantes de
ese mundo los que nos describieron su situación: ellos ocupan diversos grados
de evolución, en la escala espiritual, relatan sus peripecias y sus actos, más
allá de la sepultura, sus fases de felicidad y desgracia.
La enseñanza de los espíritus nos
conduce a la serenidad y a la tranquilidad para saber encarar la muerte como un
fenómeno de transformación… De la crisálida que rompe el capullo y alza sus
primeros vuelos, la esperanza se transforma en certeza: la vida futura es la
continuación de la actual, ciertamente, en mejores condiciones, caso nos
esforcemos para que sea así. A esa, la lógica espiritista, basada en la
Justicia y en la Bondad de Dios, corresponde las legítimas aspiraciones de la
Humanidad.
El Día de los Muertos es,
entonces, día del Espiritismo, que, a través de la mediumnidad, reveló la
existencia de los diversos mundos, en el camino de la evolución espiritual. ❐
FILOSOFÍA
UNA VISIÓN DEL ESPIRITISMO PARA EL SIGLO XXI
(III, IV,
V y VIII)
Oscar M. García
Rodríguez
“Grupo Espírita de
La Palma”
Isla de La Palma -
Canarias (España)
Noviembre 2002
(Continuación de la publicación iniciada en Flama
Espirita 117)
III
– VIGENCIA DE LOS POSTULADOS FUNDAMENTALES DEL ESPIRITISMO
Los principios fundamentales que
constituyen el marco estructural del Espiritismo (Existencia de Dios;
Preexistencia y Supervivencia del Espíritu; Evolución del Espíritu; La
Reencarnación; Mediumnidad; Pluralidad de Mundos Habitados) no sólo no se han
visto negados por el progreso de la humanidad, sino que los avances y las
investigaciones realizados por el hombre en muy diversos campos del
conocimiento, han venido ofreciendo evidencias y pruebas cada vez más numerosas
y concluyentes a favor de ellos. Desde la medicina, la biología, la astronomía
o la física se aportan periódicamente descubrimientos que refuerzan la realidad
de los postulados del Espiritismo.
Y en el orden moral, los ideales de la fraternidad
que propugna el Espiritismo parecen cada vez más necesarios y urgentes en un
mundo presidido por la exacerbación del egoísmo y las lacerantes injusticias
sociales.
Una de las últimas fuentes de verificación de las
enseñanzas espiritas ha venido a través de un camino del todo inusitado hace
unos años: La Transcomunicación Instrumental. La importancia que para el
Espiritismo están alcanzando las investigaciones en la Transcomunicación
Instrumental (TCI), viene determinada
por el hecho
de que si bien esas investigaciones, en su
mayor
parte, están siendo realizadas por científicos y técnicos ajenos al Movimiento
Espiritista, los resultados obtenidos confirman una y otra vez sus tesis
básicas.
IV-
EL PAPEL HISTÓRICO DEL ESPIRITISMO
Cuando nos detenemos a reflexionar en torno al
contexto histórico en el que el Espiritismo surgió y su evolución posterior,
con la perspectiva que nos dan los 145 años transcurridos desde la publicación
del "Libro de los Espíritus", nos damos cuenta que al igual que otras
grandes ideas transformadoras la humanidad, ésta llegó al seno del género
humano cuando las condiciones sociales, psicológicas y espirituales se
encontraban propicias para recibir y asimilar el nuevo impulso evolutivo.
Siguiendo con esta reflexión, nos hemos
preguntado muchas veces cuál podría ser considerada la aportación substancial,
original o específica, del Espiritismo a la evolución del conocimiento humano.
Y tras un detenido examen del asunto nuestra conclusión es que el papel histórico
que le ha tocado jugar al Espiritismo, como Idea y como Movimiento, tiene dos
facetas de enorme trascendencia:
1°.- Sacó del
contexto de la religión, es decir, del ámbito de la creencia y el dogma, todo
lo concerniente al mundo más allá de la muerte y la realidad espiritual del ser
humano, territorio hasta entonces considerado patrimonio exclusivo de las
religiones, trayéndolo al campo de la Ciencia y, por tanto, haciéndolo
accesible a la experimentación científica.
2°.- Mediante
sus investigaciones, especialmente en el laboratorio de la mediumnidad, el
Espiritismo ha proporcionado a la humanidad un valioso tesoro, constituido por
el mayor cúmulo de evidencias que ha tenido a su disposición nunca el hombre,
para poder decir definitivamente que la muerte, entendida como la extinción del
Ser, NO EXISTE. Esta idea, por sí sola, puede representar a la perfección el
estandarte de toda una Nueva Era para la humanidad, y así creemos que será.
V – LA HERENCIA DE KARDEC
Si hay algo que los espiritistas no podemos
olvidar y dejar de remarcar permanentemente, porque es un valor universal que debería
ser referencia para todo estudioso, investigador
y, en
general, interesado en todo lo
que es la temática de las Ciencias Psíquicas y el mundo del espíritu, es lo que
constituye la más universal e imperecedera herencia de Kardec: SU ACTITUD
VITAL.
La
manera que Allan Kardec adoptó para realizar sus investigaciones es INATACABLE;
esto ha sido reconocido incluso por los mismos que no admitieron sus conclusiones.
Dicha actitud fue permanente en su vida y desde su infancia la aplicó a cuantas
actividades intelectuales, estudios e investigaciones realizó.
Veamos,
con sus propias palabras, un ejemplo de ese posicionamiento vital que
presidiría la codificación del Espiritismo:
“Apliqué a esta nueva ciencia, como era mi
costumbre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida; observé
atentamente, comparé y deduje consecuencias. De los efectos procuré remontarme
a las causas por la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos... Así
había procedido en mis trabajos anteriores, desde la edad de quince a dieciséis
años.
Desde el primer momento
me di cuenta de la exploración que iba a emprender...; me era preciso proceder con
circunspección y no a la ligera; ser positivista y no idealista, para no
dejarme llevar de mis propias ilusiones”. (Mi primera iniciación en el Espiritismo, "Obras
Póstumas").
El carácter amplio, abierto, exigente,
antidogmático, de puro buscador de la Verdad, con que Allan Kardec impregnaba
todos sus trabajos y que imprimió también al Espiritismo, no puede quedar mejor
ejemplarizado en estas otras palabras suyas: Si con el avance de la humanidad se demuestra que
en algún punto el Espiritismo estaba errado, se substituirá este punto y se
seguirá adelante.
[1]
VIII – NECESIDAD DE UN REPLANTEAMIENTO
CRÍTICO DEL LENGUAJE DEL ESPIRITISMO
Otro aspecto que nos parece
interesante tocar es el del lenguaje en el Espiritismo. Creemos que es
necesario una permanente actualización del lenguaje espiritista, mediante una
puesta en común periódica dentro del movimiento, en los foros de reunión y
debate que se establezcan, donde se tomen resoluciones consensuadas cuando
aparezcan dudas, para el uso de una terminología común.
En la nomenclatura espiritista
habitual hay términos confusos e imprecisos. Parte de ese lenguaje ha sido y es
utilizado habitualmente en otros contextos, con lo cual se presta fácilmente a
la ambigüedad en lo que respecta a su significado. Resulta necesario entonces,
a falta de términos precisos, acudir a farragosas explicaciones o a sutiles matizaciones que no ayudan precisamente a la claridad de las
ideas, porque si bien existen argumentos en favor de un significado, hay casos
en que pueden esgrimirse otros, con no menos derecho, que apuntan en
direcciones bien diferentes.
Pongamos un sólo ejemplo. El término
"espiritista" o "espírita", es causa de grandes equívocos
cuando se usa como adjetivo y es aplicado para caracterizar a la fenomenología
mediúmnica, de tal forma que frecuentemente se habla de "fenómenos
espiritistas o espíritas". Esta expresión es una puerta abierta a las
falsas interpretaciones, porque da pie a catalogar cualquier reunión de
experimentación mediúmnica como reunión espiritista, y bien sabemos los espiritistas
la enorme cantidad de problemas a que ha dado lugar la igualación artificiosa
de las expresiones "sesión mediúmnica" y "sesión
espiritista".
No toda sesión mediúmnica es espiritista y no toda
sesión espiritista es mediúmnica. Lo que identifica a una sesión mediúmnica
como espiritista, es que se realice con la finalidad y los patrones
filosóficos, éticos y
técnicos desarrollados en el Espiritismo. Esas sesiones en las que se
experimentan contactos con el más allá y que indiscriminadamente se las
denomina "sesiones espiritistas" sin serlo, que en no pocas ocasiones
incluyen los más demenciales y absurdos ceremoniales, invocaciones mágicas, excentricidades, uso de alcohol o de drogas,
etc., en las que se
comercia con el interés o
el dolor ajenos, muchas de las cuales terminan en situaciones desagradables,
esas reuniones, repetimos, nada tienen que ver con una sesión espiritista. Si
verdaderamente hay actividad de contacto espiritual -de bajo tenor, claro- se
las podrá llamar de forma general "sesiones mediúmnicas". La
expresión "sesión mediúmnica espírita o espiritista", debe calificar
exclusivamente a aquella sesión mediúmnica que se realice bajo los patrones
desarrollados en el seno del Espiritismo atrás mencionados. Igualmente, se debe
hablar de fenómenos mediúmnicos y no de fenómenos espiritistas, por las mismas
razones apuntadas.
El
movimiento espiritista, al igual que ocurre en toda ciencia, necesita
plantearse una revisión constante de su terminología, procurando que los
significados y los significantes sean cada vez más ajustados. Todo ello
redundará, sin duda, en la mejor divulgación de la doctrina espiritista. ❐
INFORMACIÓN
► V JORNADAS
ANDALUZAS DE ESPIRITISMO
Bajo el lema “El Espiritismo y el Mundo
Contemporáneo” se celebrarán en Benalmádena (Málaga), del 30 de Octubre
al 1 de Noviembre de 2005, las V Jornadas Andaluzas de Espiritismo,
organizadas por la Asociación Espírita Andaluza “Amalia Domingo Soler”.
El precio de inscripción a las Jornadas es de 24,00 Euros, a ingresar en el BBVA, número de cuenta: 0182.3261.10.0201500075, haciendo constar el motivo de dicho ingreso
y el nombre de quien se inscribe. Enviando, asimismo, copia del ingreso a la
Asociación Espírita Andaluza “Amalia Domingo Soler” (C/. José Ortega y Gasset,
nº. 9 – 14550 Montilla – Córdoba.
La celebración del acto tendrá lugar en el
Hotel Alay de dicha ciudad. Para el alojamiento contactar directamente con el
Hotel: Sra. Antonia Guardia – Dpto. Reservas - Tel. 952 577171 ó 952 577017.
Los interesados pueden obtener más información
llamando a los teléfonos: 957 452570 ó 699 652295 (Juana María); 952 612977 ó
666 554547 (Isabel); o bien a través de:
andaluciaespiritista@latinmail.com
► XIII CONGRESO ESPÍRITA NACIONAL
El 4, 5 y 6 de Diciembre de 2005, la Federación Espírita
Española celebrará el “XIII Congreso Espírita Nacional”, en el Hotel
Palm Beach de la ciudad de Benidorm. El lema del congreso será: “Espiritismo:
Ciencia, Filosofía y Moral”.
El precio de la inscripción es de 24,00 Euros. Tanto las
inscripciones como las reservas de hotel se pueden efectuar a través de la
Secretaría Técnica del Congreso: VIAJES HISPANIA, C/. Dr. Pérez Llorca,
3, 1º. 6ª. Edificio Astoria, A.
03503 Benidorm. Tel. 96586 6080 – Fax 96680 4000 –
receptivojhuete@vhispania.es
FORMA
DE PAGO
§
Transferencia bancaria
del 25% en el momento de la reserva, más el importe de la inscripción.
(Inscripción: 24,00 € por
persona. Socio colaborador: 18,00 €).
§
Transferencia bancaria
por el resto del total, 7 días antes de la llegada.
Las transferencias bancarias deberán ser enviadas a nombre de Viajes
Hispania, S.A., al siguiente número de cta. cte.: 0075 0165 31 06012188-79,
Banco Popular Español (C/. Gambo, 6 – 03503 Benidorm), indicando en las mismas el
nombre del ordenante, que deberá coincidir con el nombre de quien hace la
reserva. Enviando el comprobante de la transferencia al número de fax 96 680
4000.
► DESENCARNACIÓN
Aunque con cierto retraso, recogemos la información publicada en la
Revista “Más Allá” (Nº. 196 / Junio 2005) “de
la desencarnación, el pasado 20 de Abril de 2005, de Don Ramón Plana (Barcelona,
26.05.1933 – 20.04.2005), editor
-(junto con su esposa, Montserrat Tomás)-
desde Junio de 1973 hasta 1987, de la
pionera revista paracientífica KARMA-7”,
también subtitulada “La Primera Revista Española de Parapsicología y Ocultismo
– Nuevos horizontes de la ciencia, la cultura y la espiritualidad.
Aunque no estaba ligado al Espiritismo, sí que es justo resaltar su interés
por el mismo, así como por todos los temas relacionados con las llamadas
“paraciencias”.
No podemos olvidar -y por eso queremos dejar constancia escrita de su
desencarnación en este Boletín-, que él acogió en su revista, en el año 1973,
como colaborador, a Josep Casanovas Llardent; abriendo expresamente la sección
“Espiritismo”, para publicar los artículos netamente espiritistas que Josep
Casanovas escribía en plena dictadura franquista.
Y también porque gracias al apoyo incondicional de Ramón Plana (y su
equipo), nosotros (sin existir aún el Centre Barcelonès de Cultura Espirita)
pudimos organizar el 28 de Mayo de 1977, en Barcelona, y después de 40 años de
silencio, la primera conferencia pública espiritista, que corrió a cargo del
conferenciante brasileño el profesor Divaldo Pereira Franco.
Nuestro profundo agradecimiento a quien, en aquellos aún delicados
momentos, creyó en nosotros. Y nuestros sinceros deseos de que goce de paz,
bienestar y plena conciencia, en el mundo de los espíritus.
► CANCELACIÓN APARTADO DE CORREOS
El Centre Barcelonès de Cultura Espirita ha
cancelado su Apartado de Correos 24.266; por lo que rogamos que toda la
correspondencia sea dirigida al domicilio social de esta Entidad: Calle Niza, 18 – 20,
Sótano 3ª., 08024 Barcelona (España). Muchas gracias.
Conferencias
públicas en el CBCE, a las 6 de la tarde, de los sábados siguientes:
17 de Septbre. : De la
materia al espíritu.
08 de Octubre : Saber
perdonar.
22 de Octubre :
Instinto e inteligencia.
12 de Novbre. : Las dos memorias del alma.
26 de Novbre. : Espiritismo y poética
17 de Dicbre. : Jesús, Cristo y Kardec.
[1] Así podemos leer en “La Génesis”, Cap. I, nº. 55: “El Espiritismo, marchando con el progreso, nunca quedará rezagado: porque si nuevos descubrimientos le demostrasen que está en el error en un punto dado, se modificaría en este punto, y si una nueva verdad se revelara, la aceptaría.”